Después de haber visto el último capítulo de Max Headroom el sábado en la noche en el canal 5, mi mente infantil alucinaba con ser como un personaje de la televisión, no como el ser cibernético y mucho menos como el niño genio que lo creó, sino como un reportero: visitando el lugar de los hechos y reportando en vivo y directo para canal 23 lo que sucedía en la ciudad. Fue la segunda vez que pensé en ser reportero en mi vida, la primera vez habia sido a los 6 años cuando en una reunión familiar disfrutaba, muerto de risa, una entrevista que le hacía Javier Arnal a Rodrígo "El Cacahuitl"; solo que esta vez si pregunte ¿qué tendría que estudiar para ser reportero y poder reportar en vivo y en directo? la respuesta fue: periodismo y años después ciencias de la comunicación.
Así el lunes soñaba con tener una cámara que transmitiera en vivo cuando la maestra decía "chaquespeare" o se equivocara en una de las cuentas que nos presionaba a resolver sin explicarnos antes cómo hacerlo o incluso diciéndonos que teníamos que pedirle dinero a nuestros papás para dárselo a ella como parte del "ahorro escolar" antes de irnos al recreo, durante el cual era común ver como ella lo prestaba a algunas de las mamás con un ligero interés compuesto.
¡Caray! Si hubiera tenido un celular con internet hubiéramos subido cualquier clase de atrocidades que sentíamos los niños, para que los papás, las autoridades o algún superhéroe como Liono nos defendieran.
Lo que no supe hasta varios años después es que ese genero futurista que tanto me gustaba se llamaba ciberpunk un subgénero de la ciencia ficción que promete un futuro distópico con alta tecnología, donde a pesar de la alta penetración cultural, el bajo nivel de vida y la gran desintegración social provoca la lucha principalmente en el ciberespacio. Es en ese 'futuro cercano' donde hackers, inteligencias artificiales y megacorporaciones pelean por encontrar la libertad o el dominio de la población. El concepto fue popularizado por William Gibson quien es considerado el padre del ciberpunk y del termino ciberespacio.
La serie Max Headroom que yo veía estaba inspirada en un cortometraje para la televisión británica llamada "20 minutos en el futuro", al que en recuerdo le he dedicado una serie de vídeos llamados 8 minutos en el futuro (#8minfw) y recientemente el #Ciberme.
¿A quién podría interesarle un remake de algo que es tan común? Fue 1990 cuando dejó de pasar la serie y a pesar de la publicidad que hizo y generó; Max Headroom solo queda como un recuerdo y en una escena de Volver al Futuro 2, sin embargo las diferencias sociales, el uso personal de las computadoras para darle la voz al pueblo, los anuncios de 10 segundos o menos llamados Blipverts en la serie y el Neurostim una droga electrónica, cada día parecen más reales y contemporáneos que producto de la ficción. Y yo después de estudiar periodismo, ciencias de la comunicación y tecnologías de información sigo subiendo vídeos procurando reportar desde el lugar de los hechos para ciencia.cc