Endémico: Se dice cuando algo es característico, nativo o de distribución única en un área limitada, lugar, región o país. No confundir con Endemia, que es una enfermedad característica que reina en una población o región determinada.
Por esto, podemos decir que la tortilla es un invento endémico mexicano. El IMPI, nunca otorgaría una patente por la invención de la tortilla, aún cuando muchos crean que la patente ya debe de tenerla un gringo o un chino, ya que la tortilla apenas calificaría como modelo de utilidad. Lo que si podríamos patentar es una máquina de tortillas, ¡Ha que buena idea se me ha ocurrido! lástima que demasiado tarde.
Seguramente, hace ya varios cientos de años, algún enemigo de Huehuetéotl, notó que toda o la mayoría de la población mexicana come tortillas y quien pudiera producirlas en “masa” se haría millonario. También alguno ha de haber hecho un viaje en barco al viejo continente para poder importar, ya con la revolución industrial, una máquina de tortillas de un país dónde ni siquiera las conocen. Se imaginan, para que siglos después mi madre me enviara por uno kilo de tortillas marca Schlinder, con “Doña Mari, la de las tortillas”
Recuerdo que mientras esperaba en la fila me maravillaba con la ingeniería de la tortilladora. Engranes, bandas, palancas, motores, cilindros, bujes, tuberías de gas, plataformas y flamas que convertían el interior de la tortillería en un infierno; la magia o mejor dicho la tecnología del cómo una máquina podía transformar el nixtamal en tortilla en tan solo unos minutos.
Cuenta Don Julio Guzmán que en 1884 se otorgaron las 2 primeras patentes de “Cilindros laminadores de masa”, que daban hasta 15 tortillas por minuto, supongo que ahí nació “la fila” y frases como “…a la cola...” Al parecer entre 1903 y 1910 se registraron 78 patentes de máquinas tortilladoras de todos tipos, incluso con locomoción a petróleo que seguramente no daban buen sabor a la tortilla.
‘...Las tortilladoras Celorio, aparecieron en 1940, pero no fue hasta que el poblano Enrique Benítez Reyes en 1960, concluyo la tarea que casi llevara a la quiebra a su padre el industrial Ramón Benítez, construyendo una Máquina tortilladora compuesta, es decir: con molino, cortadora por cilindros y comal automatizado que produjera hasta 50 tortillas de 16 centímetros, por minuto…’
Es natural que este invento se considere poblano, estando tan cerca de Tlaxcala.
Las últimas semanas me he dado a la tarea de encontrar a los descendientes de dichos poblanos. Sin contar a los Rendón, no los he hallado - tal vez sea y espero - por que ya han expandido su negocio a las capitales mexicanas del mundo, llámense Los ángeles o Nueva York.
Publicado por AlephZero en Al toro por la Ciencia