Mientras cuidábamos el sartén, ayudando a que el núcleo de agua llegara a los 200 grados centígrados para reventar la celulosa del pericarpio y así el almidón del endospermo aflorara, les comentaba simples detalles del maíz.
Así como le pasó a Keiko, contemporánea apenas unos meses mayor que yo y que se nos adelanto en diciembre de 2003, porque no sabia comer sola y extrañaba a la gente; el ZEA MAÍZ ya no sabe vivir solo, no hay maíz silvestre, necesita desde hace miles de años que el buen hombre llegue, lo corte, lo estrese, lo siembre, lo riegue, lo cuide y lo coseche en un ciclo infinito. Durante estos años el maíz, mascota y alimento mexicano, se ha fortalecido a su manera, se ha hecho mas grande, mas resistente, mas dulce mas pastoso y más caro; ¡ha! y para colmo se le han encontrado cientos de usos distintos y no solo pa’ las tortillas.
Así es, mientras las mas-secas festejan su arribo a Asia en septiembre 21 de 2006, científicos mecánicos como Justin Carven llevaban 6 años vendiendo su kit de adaptación para combustible vegetal de vehículos automotores. Es decir, este chavo de Hampshire encontró la forma para adaptar cualquier automóvil a gasolina o diésel en uno a aceite de comer por menos de 2 mil pesos. Lo que significa que ahora, la guerra de las máquinas contra el hombre por al alimento es una realidad no tanto como en “The Matrix” pero deberemos empezar a pensar si le queremos dar de comer a nuestro auto vegetariano o a nosotros.
¿Y los perritos qué comen? – Croquetas. ¿Y las personas qué comen? – Cemitas. ¿y los pollitos? – Maíz. Jajajaja. Y hasta crees, en el mundo no hay suficiente maíz para la demanda de su población menos para los pollitos, pollito que come maíz debe ser rico o millonario. Empezando por que diariamente se sacrifican cientos de terrenos de cultivo para hacer autopistas o fraccionamientos como La vista, y terminando por que muchos luchan por sus derechos en contra del maíz.
Aunque parezca imposible la lucha agraria contra y por el maíz viene desde la revolución, Zapata no solo peleaba que ‘la tierra es de quien la trabaja’ también el derecho a sembrar maíz que estaba restringido. Y no hace mucho tiempo las compañías azucareras tienen una batalla permanente contra el maíz, por que ahora a la gente, le gusta endulzar sus alimentos y refrescos con jarabe de maíz y no con azúcar por aquello de la dieta, por eso los refrescos en México que aún usan azúcar no saben igual que los gringos e incluso de otros estados aun cuando sean el mismo producto de la misma marca.
Hace algunos años me sorprendió enterarme que PEMEX rellena los pozos petroleros vacíos con maíz (elotes, saras, millos, panizos, choclos, oroñas o mazorcas) a fin de no provocar suelos cavernosos e inseguros. Ya será tiempo que esos pozos se vuelvan a ser productivos ahora que en cada ciudad tengamos una procesadora vegetal para combustible no solo automotriz, también para “plantas” eléctricas y bio-gas para la cocina y la calefacción.
Solo espero que los nuevos usos que le demos a esta gramínea, después que el CINVESTAV en este año logro descifrar su genoma, no nos priven de sus propiedades alimenticias y dietéticas con los maíces de colores o de delicias como el Huitlacoche, comparado al caviar y mucho menos de los esQuites que tan bien preparan mis tíos, primos y sobrinos en el zócalo de Atlixco.
No me pregunten ni tengan el ocio de contar la palabra maíz en los últimos párrafos. Les recuerdo una anécdota del Norteño, inseparable amigo del Compayito, que nos recuerda que la reproducción del maíz debe ser asexual, de lo contrario con la proximidad y la acalorada situación en vez de maicitos tendríamos palomitas.