Poco antes de que iniciara el evento, nos llevamos la grata sorpresa de encontrar a Rafael Ángeles y Arturo Llano, arqueostrónomo y astrónomo, que al parecer se les ocurrió lo mismo que a nosotros en esta gran ciudad. Al terminar el eclipse y después de una breve platicadita he tenido la suerte de que me invitaran a su observación del tránsito de Venus por el disco solar del próximo 5 de junio, así que ya estaré contándoles de cómo nos fue.
Para terminar la anécdota, sucede que para bajar de la torre hay que separarse en grupos pequeños para utilizar el elevador, y resultó que me tocó en el grupo de unos japoneses, no pude evitar hacerles la plática y comentarles la coincidencia de hablar del tránsito de Venus del próximo mes y su país natal. Me sorprendió que no tuvieran idea, en la tradición científica-astrónomica mexicana se cuenta esa misión como un hito en las relaciones internacionales de Japón pero ellos aseguran que el primer país con el que tuvieron ese contacto fue...Gringolandia.